Posturas de yoga para dormir mejor
3 posturas de yoga para dormir mejor
El estrés disminuye la calidad de vida de muchas personas, dado que favorece el desarrollo de algunas enfermedades. El insomnio es una de ellas. La preocupación y la ansiedad son dos de los motivos que impiden tener un descanso adecuado. Sin embargo, existen ejercicios que nos ayudan a reducir el efecto de estas emociones negativas. El yoga es uno de ellos. Muchos estudios han señalado que practicar esta disciplina milenaria durante 45 minutos antes de ir a dormir favorece un mejor descanso. Así que hoy os traemos 3 posturas de yoga para dormir mejor. ¿Lo probamos?
Antes, debemos recordar que la respiración también nos puede ayudar mucho a tener un mejor descanso. A través de ella se liberan tensiones y emociones negativas. Acompaña las 3 posturas de yoga para dormir mejor con una buena conciencia de la respiración.
- Postura de la pinza de pie (Uttanasana): para entrar en la postura, debemos colocarnos de pie con los pies separados a la anchura de las caderas. Ahora doblamos el tronco hacia el suelo, apoyando las manos en él o cogiendo los codos con las manos opuestas. Esta es una de las mejores posturas de yoga para dormir mejor, ya que alivia los dolores de cabeza y el insomnio y disminuye los niveles de estrés. Puedes doblar las rodillas tanto como lo necesites para aliviar cualquier tensión en las piernas y las caderas.
- Postura del niño (Balasana): es la postura del descanso por exelencia. Para entrar en ella debemos doblar el tronco sobre las piernas flexionadas y extender los brazos hacia delante o hacia los lados del cuerpo. Permitimos que la frente descanse en el suelo mientras respiramos larga y profundamente. Para aliviar toda tensión podemos hacernos un masaje en la frente de izquierda a derecha.
- Postura del arado (Halasana): permanecer en la postura del arado entre 1 y 5 minutos es garantía de descanso. Para entrar en la postura debes estirarte sobre la espalda. Ahora levanta las piernas por encima de la cabeza y luego trata de tocar el suelo detrás de ti con los pies. Coloca las manos en la espalda o en el suelo, como te resulte más cómodo. Esta postura es idónea para mejorar el riego sanguíneo y aporta vitalidad a nuestro cuerpo.