Entrenamiento en ayudas: descubre todas las claves
Muchas veces es complicado elegir cuál es el mejor momento del día para entrenar y cuáles son las ventajas de hacerlo en cada uno de ellos.
Mucha gente se decide por entrenar pronto, antes de desayunar. Son muchos los motivos por los que deciden hacerlo así: porque creen que obtendrán mejores resultados, no suelen desayunar hasta pasadas unas horas (o directamente no lo hacen)…
El ayuno es algo que se ha hecho siempre, pero ¿en qué consiste exactamente?
Este concepto hace referencia a no comer durante un período de tiempo (corto, medio o de larga duración). Como dato curioso deciros que desayunar se refiere a romper el ayuno. Por lo tanto, cuando hablamos de entrenar en ayunas nos referimos al deporte que hacemos antes de desayunar después de haber cenado y sin haber comido nada entre estas dos comidas. Tendremos el estómago vacío. Si lo hacemos según estas directrices, pasaremos entre 12 y 20 horas sin haber comido. Esto varía en función de la rutina de cada persona.
El propósito de entrenar en ayunas es beneficiarse de los cambios a nivel fisiológico que se producen. Por ejemplo, utilizar los ácidos grasos en lugar de la glucosa para obtener la energía.
Como os podéis imaginar, es muy importante lo que se come durante la cena. Para que podamos tener los niveles de glucógeno buenos para poder obtener su energía, deberemos tener en cuenta que: comer muchos hidratos no afectará al nivel al día siguiente, comer muchos carbohidratos hace que se mantenga igual, sin embargo, es importante mantener los niveles del glucógeno hepático para que no se gasten por la noche mientras el cuerpo hace sus funciones.
¿Cómo funciona nuestro organismo durante el ayuno?
Para empezar, baja la tasa de uso de carbohidratos, lo que se consigue con esto es ahorrar glucógeno para que lo use el sistema nervioso. La consecuencia de todo esto es que aumenta la movilización de los ácidos grasos, a su vez, bajan los niveles de insulina y aumenta la producción de ciertas hormonas como por ejemplo el cortisol o las del crecimiento.
Con todo esto, lo que estamos diciendo es que en lugar de utilizar el glucógeno como fuente de energía, se utilizan las grasas almacenadas.
La gente que está acostumbrada a hacer periodos de ayuno y quiere hacer este tipo de entrenamientos, debe hacerlo de forma controlada y poco a poco. Empezando con entrenamientos suaves y con una buena cena previa.
Aunque no hayamos comido, eso no quiere decir que no debamos beber agua. Cuando hacemos deporte sudamos y perdemos hidratación, debemos recuperar bebiendo bastante seguido para no perder fuerza.
Cuando hacemos ejercicios aeróbicos, se pueden producir ciertos cambios. Por ejemplo: aumenta el glucógeno cuando estamos en reposo después de entrenar, aumenta la proteína que transporta los ácidos grasos, así los usaremos en mayor medida. No se oxidan los ácidos grasos mientras entrenamos y se puede llegar a aumentar la capacidad de óxido de los músculos.
Nos adaptamos mejor al entrenamiento de resistencia aeróbica cuando lo realizamos en ayuno. Otro dato a tener en cuenta es que la glucemia tiene niveles más altos después de entrenar en ayunas que después de haber comido.
Haciendo este tipo de entrenamiento quemaréis las calorías del día, incluso más que de costumbre, pero a la larga no supone una diferencia importante con respecto a entrenar habiendo comido. Por lo tanto, si vuestro objetivo es perder más grasa, este no supondrá un gran cambio y no es el entrenamiento que buscáis.
Sin embargo, puede que tengáis otro objetivo y que os sea muy útil. Sea cuál sea el motivo que os mueva a entrenar en ayunas, debéis tener claro que lo debéis empezar a practicar de forma controlada. Podéis empezar haciendo sesiones cortas y de bajo impacto.
Después de ver cómo reacciona vuestro cuerpo y como os sentís, podéis hacer cambios en la rutina de entrenamiento. Para empezar, podéis entrar en nuestro gimnasio online y elegir una de nuestras salas de entrenamiento que no sean de alta intensidad. Como por ejemplo aeróbic, fitness, fitness girl, workout, yoga o pilates.
Aunque ya tengáis un buen nivel de forma físico, os recomendamos que para el entrenamiento en ayunas hagáis las sesiones de nivel principiantes. Así podréis ir controlando el esfuerzo que hacéis y como os adaptáis a los entrenamientos. Si la cosa va bien, podéis cambiar el nivel de dificultad.