La postura del cerrojo
La postura del cerrojo, llamada Parighasana en sánscrito, es una postura intermedia de hatha yoga. Su dificultad no es muy elevada, por lo que también será apta para principiantes con una mínima base. La postura del cerrojo tiene grandes beneficios en la columna vertebral y los lados del cuerpo así como en las piernas. Es sencilla para hacer en casa, por lo que ya no existe ninguna excusa para practicar yoga.
¿Cómo hacer la postura del cerrojo?
Para entrar en la postura del cerrojo debes arrodillarte y estirar la pierna derecha recta hacia el lado. El pie debe tocar el suelo y la rodilla debe mirar hacia el techo, formando una línea. En cambio la rodilla izquierda debe estar apoyada en el suelo, de manera que forme una línea con la cadera.
Ahora, desde esta posición, estira los brazos de forma que queden paralelos al suelo, con las palmas mirando hacia el suelo. Ahora flexiona el tronco a la derecha y deja la mano derecha sobre el tobillo de la pierna extendida. Trata de llevar el coxis hacia el pubis. Esto va a permitir que la ingle coja profundidad. A continuación alargamos el brazo izquierdo por detrás de la oreja izquierda hacia arriba y hacia el lado. Aguantamos la postura unos 30 segundos. Ahora cambiamos de pierna y repetimos.
Si sientes presión en la rodilla, puedes colocar una manta o un cojín debajo. Sitúate al principio cerca de la pared para que el pie pueda presionar y la postura sea más estable. Eso sí: evita hacer la postura del cerrojo si tienes una lesión grave de rodilla.
La postura del cerrojo es excelente para estirar y revitalizar la columna vertebral, los hombros y los lados del cuerpo. Es, además, un masaje para nuestros órganos del abdomen y para los pulmones. Entre sus beneficios también hay que destacar la estimulación de la digestión, la circulación y la respiración.
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