Las respuestas a las preguntas que siempre te hiciste sobre el placer
Ta damos todas las respuestas que tienes sobre el orgasmo femenino
¿Cómo funciona un orgasmo?
El orgasmo es el momento culminante del placer sexual. Aunque tiene efectos físicos evidentes (la piel se enrojece, la respiración se acelera, la cara se deforma bajo el efecto de las contorsiones…) su característico efecto placentero se produce a través del sistema límbico, que libera en el organismo varios neurotrasmisores, como la endorfina, la dopamina y la acelticolina, responsables, en última instancia, de la sensación de placer.
¿Cuáles son las diferentes fuentes de un orgasmo?
El orgasmo puede aparecer por distintas vías. En las mujeres hay dos tipos de orgasmos principales: el vaginal y el de clítoris. El vaginal es algo más difícil de alcanzar, y algunas mujeres tienen impedimentos fisiológicos para llegar a él. A menudo empieza a experimentarse pasados los 30, ya que las mujeres están familiarizadas con sus cuerpos y se abandonan al deseo con más facilidad. El orgasmo de clítoris es, en principio, más fácil de alcanzar, pero más corto y menos radiante que el vaginal.
Para los hombres no hay mucha variedad. El orgasmo surge vinculado a la eyaculación, aunque no es lo mismo que ésta, y ocurre antes en el tiempo.Puede haber orgasmo sin eyaculación, y eyaculación sin orgasmo. La intensidad y duración de éste sí varía en función, principalmente, de la duración del intercurso y el desarrollo general de éste.
¿Pueden las mujeres alcanzar el orgasmo sólo gracias a la penetración?
Aunque algunas mujeres son capaces de alcanzar el clímax sexual usando únicamente la penetración vaginal (si están suficientemente lubricadas y excitadas), la mayoría necesitan unos preliminares previos para alcanzar éste. Sólo la correcta estimulación de las zonas erógenas, especialmente el clítoris, asegura un sexo placentero en todas las mujeres. Hay una máxima al respecto: cuanto mayor es la excitación a la que se llega, más placentero es el orgasmo.
¿Qué es el punto G?
El punto G fue un término acuñado por el sexólogo Frank Addiego en honor al ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, uno de los primeros científicos que estudio en profundidad el orgasmo femenino. Supuestamente, el punto G es un área erógena de las mujeres situada detrás del pubis y alrededor de la uretra, pero existe una gran controversia en cuanto a su situación, su utilidad e, incluso, su propia existencia. Para algunos no se trata más que de una extensión del clítoris, para otros es una entidad diferenciada, responsable de los orgasmos más placenteros.
Se trata de un asunto que sigue generando numerosos artículos científicos. La última investigación relevante al respecto, obra del doctor Adán Ostrzenski, asegura que el punto G existe, y tiene una estructura y situación concreta.
¿Se pueden multiplicar los orgasmos?
Todas las mujeres tienen capacidad fisiológica para experimentar varios orgasmos durante el transcurso de una relación sexual. Los orgasmos posteriores al primero suelen ser, además, más intensos y placenteros, debido a la estimulación genital acumulada. El problema es que los hombres no suelen tener esta capacidad.Pasados los 35, muy pocos hombres pueden tener dos orgasmos seguidos,dado que el periodo refractario (en el cual no se consigue una erección) se alarga. El orgasmo múltiple, sin un periodo de descanso, sólo se puede alcanzar mediante complicadas técnicas en torno a lo que se conoce como el orgasmo seco (tener un orgasmo sin eyacular).
¿Una penetración profunda favorece los orgasmos?
El área erógena más sensible de las mujeres está situada en la entrada de la vagina, a cuatro o cinco centímetros de profundidad. Es por esto que el tamaño del pene, siempre que llegue hasta ese punto, no es especialmente determinante, como si lo es la correcta fricción de la zona. Dicho esto, sí es cierto que la penetración profunda tiene efectos en algunas mujeres, que sienten un placer “interior” que actúa como un disparador del orgasmo. Para otras mujeres, sin embargo, la penetración profunda es una fuente de malestar y dolor. Esto vuelve a demostrar lo enormemente personal que es el sexo, y la necesidad de que las parejas encuentren lo que mejor funciona para ellos.
¿Disminuye con la edad la intensidad del placer sexual?
Tenemos que tener claro que, como han repetido por activa y por pasiva los expertos en la materia, el cerebro es el principal órgano sexual, y mientras este funcione podemos disfrutar del sexo en toda su plenitud. Es más, en el sexo, como en la vida, la experiencia cuenta, y cuanto más nos conozcamos a nosotros mismos, más disfrutaremos del sexo.
Todo esto, por desgracia, tiene excepciones. Con la edad surgen problemas fisiológicos que pueden complicar el sexo y deben ser tratados médicamente. En cualquier caso, la mayoría de estos contratiempos tienen solución. Lo importante es identificarlos, pedir ayuda y no tirar la toalla.
¿El orgasmo favorece la fecundación?
Aunque es una idea bastante extendida, lo cierto es que el orgasmo femenino no influye demasiado en las posibilidades de quedarse embarazada. Lo que sí influye en este caso es la profundidad de la penetración, para que el esperma alcance con facilidad el cuello del útero.
¿Es el orgasmo femenino más intenso que el del hombre?
Esta es, quizás, la pregunta más difícil de contestar, y no son pocos los sexólogos que han tratado de encontrarle respuesta. El ginecólogo William Masters y su mujer, la trabajadora social Virginia Johnson, fueron los primeros en plantearse el asunto. En 1966 firmaron uno de los trabajos más complejos que se han hecho nunca sobre el orgasmo humano. En su opinión, el orgasmo femenino es de ocho a diez veces más intenso que el que experimentan los hombres. Su estudio, no obstante, ha recibido muchas críticas a lo largo del tiempo y, hoy en día, pocos se atreven a evaluar quién experimenta más placer. En realidad, se trata de un asunto muy subjetivo, dependiente de tantos factores, que es difícil llegar una conclusión convincente.
¿Son los orgasmos buenos para la salud?
Aunque los orgasmos no influyen de forma determinante en nuestra salud física (ni en positivo, ni en negativo) sí tienen una gran influencia en nuestras salud mental.Los orgasmos nos liberan del estrés y generan endorfinas, que nos proporcionan una sensación de bienestar y felicidad que influyen de forma decisiva en nuestro desempeño cotidiano.
¿Los buenos sentimientos favorecen buenos orgasmos?
Todo depende de que consideremos buenos sentimientos. El orgasmo no tiene nada que ver con la moral, y se alcanza si estamos excitados. La relación entre excitación sexual y amor es compleja, como es el concepto mismo de amor, y está claro que las relaciones extramatrimoniales pueden producir un placer intenso que nada tiene que ver con éste. Al final todo depende de la capacidad de las personas para abrirse en su intimidad, y entregarse al placer, sin la existencia de amor. Algunos pueden, otros no, pero no es algo que tenga que estar necesariamente relacionado.
Fuente: www.elconfidencial.com
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